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Cuando por fin decides hacer un voluntariado, una de las preguntas que surge es: a donde voy?
Y la respuesta, muy a menudo, es, la misma: África.
Este gran continente tiene algo que llama y atrae a los que nunca lo han pisado, y algo que engancha a los que ya lo conocen.
Hacer un voluntariado en África es, sin duda, una experiencia que no deja indiferente a nadie por muchos motivos.
Por qué África llama al voluntariado?
Se me ocurren un sinfín de motivos para hacer un voluntariado en Africa. Voy a intentar ordenarlos todos y explicar cuales son, para mi, las grandes razones por las que hay que emprender un viaje a tierras Africanas.
Una de las primeras razones que se me ocurre, es que África necesita voluntarios. África es, sin duda, el continente en que se acumulan mayores necesidades de colaboración y donde la ayuda es más urgente. No en vano Africa tiene la población mas grande del planeta ( casi la mitad de los africanos vive con menos de 1,25 dólares al día ) a pesar de que es una de las zonas más ricas en cuanto a recursos de todo el globo.
Esto no hace mas que añadir un plus de injusticia al asunto, ya que, sin entrar a analizar el porque de esta alarmante tasa de pobreza (el expolio al que África ha sido sometida por el llamado primer mundo, en confabulación con los gobiernos locales corruptos, necesitaría un artículo aparte), todo se resume en que África es pobre, porque el resto de países hemos decidido que así sea.
Esta necesidad urgente de ayuda es lo que provoca que haya tantísimos proyectos de cooperación a la espera de recibir voluntarios y que, a la vez, estos futuros voluntarios están especialmente sensibilizados con la realidad del continente africano por la desesperada situación que sufre.
Otra de las razones, es volver a los orígenes. Es donde empezó todo y de allí venimos. En el continente africano surgieron las diferentes especies de homínidos que dieron lugar al hombre; África es la cuna de la humanidad.
Debe de haber algo primitivo, instintivo, en esa llamada que hace África y en esas ganas de volver a los orígenes, a la tierra de nuestros primeros ancestros. Si, viajar al continente africano atrae y engancha, hacer un voluntariado en Africa multiplica esa atracción: la convivencia con las comunidades locales y esa forma de vivir que solo quien ha pisado África conoce, te conquistan y te atrapan.
Y lo hacen de tal manera que, de manera casi inconsciente, reconectar con ese origen: la sencillez de las cosas, la esencia de la vida, lo relativo de todo lo que conocemos, la pureza de las personas … Y esto sin saberlo, llama primero y engancha después.
Luz, colores y paisajes inolvidables. Todos tenemos una imagen de África, una foto mental que representa este gran continente. Es fácil imaginar esa postal y adivinar que esas llanuras infinitas solo interrumpidas por acacias solitarias, en una puesta de sol de un rojo intensísimo, son Africa.
Los colores y la luz de África no son una leyenda, existen y te dejan sin palabras una y otra vez; su belleza e inmensidad te sobrecogen. Aprovechar tus ratos de descanso y soledad para contemplar la inmensidad del paisaje que te rodea. No tiene precio.
Vivir con otra filosofía de vida. Seguro que existen mil maneras en este inmenso continente para hacer referencia a esta manera de vivir que solo he encontrado en África.
Cuando se proviene de un entorno occidental, en el que las prisas y el estrés mandan y dirigen nuestro ritmo de vida, tener la oportunidad de vivir inmerso en una filosofía de vida así, es un regalo.
Es una lección de vida que te permite vivir disfrutando de todos los pasos que vas dando y relativizar aquellos obstáculos que van surgiendo por el camino. Porque como dicen aquí, un problema grande es un problema pequeño, y un pequeño problema… , no es un problema.
Todo viajero que pise África se dará cuenta a pocos minutos de esto que estoy contando, pero otra cosa es poder vivirlo inmerso dentro de la comunidad. A veces este ritmo de vida desespera, si, pero te enseña tanto que es mejor vivirlo por ti mismo.
Hay que romper los estereotipos sobre África. La imagen de África que suele llegar a Occidente esta totalmente distorsionada: miramos a África como un conjunto homogéneo, cuando en realidad la diversidad es una de sus mayores características; pensamos que África es un continente que vive permanentemente y totalmente en situación de guerra y conflicto armado, cuando lo cierto es que hay muchísimas zonas en las que reina la paz; estamos convencidos de que Africa no ha “evolucionado” ( y yo me pregunto… que es la evolución?) Y que sus pueblos siguen siendo primitivos ( en el sentido más primitivo de la palabra).
Los medios de comunicación se encargan de venderlos esa África
conflictiva, peligrosa y primitiva, y nosotros, muchas veces se la compramos.
La realidad dista mucho de ese estereotipo. Africa es un continente plural y rico
( sobre todo, humana y culturalmente) , cuyo camino de progreso dista mucho
( afortunadamente) del que hemos seguido en los llamados países desarrollados, y donde la economía no florece como debería por el poder y los intereses del primer mundo.
Vivir en África, desde dentro en primera persona, te servirá para romper todas esas ideas preconcebidas y te acercará a una realidad bien distinta, donde lo que predomina son las sonrisas, la hospitalidad y las buenas personas.
A menudo perdemos de vista la inmensidad de África. Su diversidad natural solo es superada por su diversidad cultural, y ese es precisamente el mayor tesoro del continente africano.
Es cierto que en cualquier viaje, mas o menos organizado, podrás visitar comunidades, pero tener la oportunidad de dejar de ser un mero espectador para convivir con estas comunidades es todo un lujo.
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